domingo, 29 de abril de 2007

Las llaves de los cojones

Resulta que ahora esta chica perdió las llaves, por si no era ya bastante agobiante, desquiciante y causaba en mi unos deseos casi incontrolables de matarla, ella decide rematar la faena perdiendo las putas llaves.

Pero lo mas cómico de todo, aunque yo sustituiría esta palabra por patético, creo que es mas apropiada desde mi punto de vista. Ya que si fuera yo, me daría hasta vergüenza contarlo, y me inventaría cualquier otra cosa para excusar la pérdida de las llaves. Pero bueno en fin, ya se sabe que Gloria no es muy lúcida de mente que digamos.
Voy a contarlo como si fuera un cuento, como si todo fuese solo fantasía y no ha sucedido de verdad, ya que de otra forma me parece como ya he dicho demasiado patético y me causaría vergüenza ajena y sobre todo teniendo en cuenta de que este es un tema que ya había discutido con ella y pensaba que había entendido y sobre el que actuaría con responsabilidad.

Erase una vez una princesita llamada Gloria, que le gustaba salir mucho de fiesta y emborracharse. Un día que se fue de fiesta con sus amigas, ocurrió algo que ella no podía ni suponer ya que la pobre niñita no tenía muchas luces. Esta niñita era muy presumida y acudió a la fiesta muy mona, pero como no tenía bolso que combinara con su precioso vestido de flores mágicas, le dio las llaves de su castillo a una de sus amigas para que se las guardara en su bolso de mariposas. Así la princesita pudo estar desocupada durante la noche para ser cortejada por numerosos príncipes que había en el lugar. Pero mientras estaba ocupada en esto, no se percató de que sus dos amigas Orquídea y Gardenia se habían pasado con los cócteles de frutas y Oriquídea le lanzó el bolso de mariposas en la cabeza a Gardenia y las llaves del castillo salieron disparadas a nos e sabe donde. Y desde ese día la compañera que compartía el castillo con la princesa tiene que abrirle la puerta siempre, venga a la hora que venga.
FIN
Yo creo que la historia la cuentes como la cuentes sigue siendo igual de patética.

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